Capítulo 35
35. La espada más poderosa del emperador (2)
Cuando recobré el sentido, me encontraba a solas con el Emperador.
No, por suerte, parece que ya ha terminado. El emperador dejó su taza de té vacía y se puso de pie.
No me atrevo a sentarme mientras el emperador se levanta. Al empujar la silla hacia adelante y ponerme de pie, él permaneció un instante mirándome.
