## Capítulo 885
"¡Tú... ¡Hijo de perra!"
Kukan tembló. Tilias agarró el cuello de Kukan por detrás y le clavó su espada en la espalda.
"¡Ahhh!"
Kukan gritó de dolor y explotó su energía demoníaca. Gracias a esto, Tilias logró evitar la energía demoníaca, pero aún así, sus heridas no se curaban instantáneamente.